23.6.12

Dos amores



Ay pobrecita de mi alma, anoche soñé contigo,
Tan extraño fue el sueño, que en él se mezclaron,
Tu espíritu con el rostro de mi más querido amigo,
Ese que me siembra besos donde tu dejaste olvido…
En mi pecho palpitaron dos bocas que me llamaron,
La del ángel que me abraza, me mima, me cuida…
Y el hombre que no valora el amor que le he brindado,
Aun sabiendo que nadie podrá adorarle en la vida,
Ni ofrendará ante sus pies su corazón destrozado…
Ay de mí, ni en sueños logro arrancarme las cadenas,
De qué me sirve ser libre si no le tengo a mi lado,
¡Si el amarle tanto y tanto es la peor de las condenas!
Porque mezclar en un sueño el bello rostro del niño,
El pecho que me cobija, en el que derramo mi llanto
Mi paz, mi aliento, mi ángel, quien me cubre de cariño,
Con el hombre que disfruta mi dolor y mi quebranto…
Que desvarío total el sueño que yo he soñado…
Formar un hombre con trozos,
¡de un alma y un desalmado!

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