30.6.12

Dos muertos



En el profundo silencio de la noche…
Pasada ya la hora que nos visitan los muertos,
Buscando solo estar del mundo aislada,
Sintiendo penetrar ese frío en mis huesos,
Que supongo solo se halla en las criptas,
Viejas y abandonadas de los cementerios
El alma yerta, la mirada perdida en el vacío,
Con lúgubre aleteo, llegó… su recuerdo,
Espeluznante fantasma que fue un hombre,
Que asesinó uno a uno lo que eran sueños
Y transformó en pesadillas todos ellos
Le vi… el otrora, príncipe, dulce, bello,
Con mi sangrante corazón entre sus dedos,
Sus grandes ojos, oscuros, también muertos,
Inclinada la frente, pálido el rostro,
Sufriente, tan solo, desamparado y enfermo,
Se deslizó una lágrima casi, inesperada,
Cual ardiente lava, por mi mejilla helada…
Tantas he llorado que creí no quedaban,
No brotó por mí, yo ya… ni vivo, ni soy,
Tan triste e indefenso me pareció el espectro,
Entendí que el sufría lo que sufriendo estoy…
Y que quien mata, termina al fin muriendo,
Esa tremenda muerte, que no se nota, del alma…
Volvemos a ser como antes de conocernos,
Solo dos cascarones…¡¡¡sobreviviendo!!!

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